Hoy comparto con vosotros una propuesta de actividad muy interesante para impartir en un taller de poesía.
Todos sabemos lo importante que es el papel de la inspiración a la hora de escribir un texto poético. Ahora bien, ¿qué hacer cuando tus alumnos repiten una y otra vez que no saben sobre qué escribir? ¿Y que no se sienten inspirados? Muchos profesores dicen: escribe un poema de amor, uno de desamor, uno que hable sobre la fugacidad de la vida, sobre la muerte, etc. No obstante, no es suficiente con decir escribe sobre uno de estos temas que ya han hecho correr tantos ríos de tinta en la historia de la literatura.
La poesía es una forma de expresar aquellas cosas que se nos pasan por la cabeza en cualquier momento del día, incluso cuando estamos tomando un café. Probablemente, tu alumno te dirá que tampoco se le ocurre una forma de enfocar esos temas tan recurrentes.
La poesía es una forma de expresar aquellas cosas que se nos pasan por la cabeza en cualquier momento del día, incluso cuando estamos tomando un café. Probablemente, tu alumno te dirá que tampoco se le ocurre una forma de enfocar esos temas tan recurrentes.
En esta entrada ofrezco un par de ideas que en algún momento me han ayudado y que pueden ayudar a tus alumnos a salir adelante del bloqueo.
1) Escribir un poema sobre las sensaciones que te transmiten una canción.
Lo ideal es que la canción escogida no tenga letra o que la letra sea difícil de descifrar, de lo contrario es fácil acabar copiando ideas y fragmentos de la letra (y esa no es la idea, hay que ser creativos). Hace tiempo experimenté con esta canción y dio muy buenos resultados:
2) Escribir un poema a partir de una pintura.
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The singing butler - Jack Vettriano 1992 |
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